Robert Rodríguez: Hollywood a bajo presupuesto

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Foto: Daniel Bergeron

Vive en Austin, Texas, y a sus 39 años es un director de culto del cine independiente norteamericano, por películas como El Mariachi, Spy Kids, Sin City y Planet Terror. Conocido como el “director sin equipo de producción” y por sus simbióticas colaboraciones con Quentin Tarantino, Robert Rodríguez (San Antonio, Texas, 1968 ) habla de sus inicios, del cine de bajo presupuesto que llevó a Hollywood, de las tecnologías digitales y de la creatividad como base del arte. (Entrevista de Paul Alonso, publicada en la revista Dedo Medio, #10, junio, 2008 ).

Robert Rodríguez irrumpió en la escena cinematográfica con El Mariachi, una película de acción que grabó antes de los 25 años durante 20 días en los que se fue a la frontera de México con una cámara de 16 mm al hombro. Filmada en Ciudad de Acuña, con actores amateurs, cuenta una historia de pistoleros, identidades confundidas y venganza. Conocida por ser la película realizada sólo con 7 mil dólares (y por el mito de que el director se sometió como conejillo de indias a experimentos con drogas para conseguir el dinero), ganó el premio del público en el prestigioso Sundance Film Festival en 1992. Para entonces, Columbia Pictures ya había adquirido los derechos e invertido en mejorar la calidad de la producción, pero la película siguió siendo promocionada como un hito del cine a bajo presupuesto. Rodriguez contó su iniciativa en un libro titulado Rebel Without a Crew, el cual inspiró a jóvenes a coger sus cámaras y lanzarse a contar historias. “Esa película estaba inicialmente destinada para un público hispano. Estaba en un período de aprendizaje y no tenía dinero. Lo que me interesaba era hacer películas. Jamás imaginé el éxito que tendría y que yo llegaría tan rápido a Hollywood”, nos dice.

Rodríguez dirige, filma y edita sus películas, además de tomar parte en la mezcla de sonidos y diseño. Este carácter polifacético nace de la necesidad y también de una visión personal—de autor, le llaman—del producto que quiere concretar: “Yo estoy envuelto en todos los aspectos de mis producciones cinematográficas, porque así se simplifica el proceso y tengo mayor control. En Hollywood la gente sólo sabe hacer su trabajo, su especialización. Nadie sabe lo que el resto hace. Esto limita tu habilidad. Yo he tenido que aprender todos los aspectos del cine, no porque sea un genio, sino porque era la única manera que tenía de hacer películas”, enfatiza.

Pronto se vio haciendo la secuela de su ópera prima, Desperado, con Antonio Banderas y Salma Hayek. Años después, en el 2003, completó su Trilogía Mariachi con Once Upon a Time in Mexico. Para entonces, ya había generado más de 100 millones de dólares con la película “para niños” Spy Kids (que también sería una trilogía), y había colaborado con Quentin Tarantino en From Dusk Till Dawn, una delirante cinta de acción, crimen y vampiros, que marcaría una productiva amistad. Pero su historia frente a las cámaras comienza a partir de los 12 años jugando con VCRs y de actores sobraban los 10 hermanos que componían su familia. Que la escuela de cine de la Universidad de Texas no lo haya aceptado, no impidió que grabara sus primeros cortos—como el celebrado Budhead, en 16 mm y disponible en línea—hasta llegar a Hollywood. “A veces, desconocer lo que no puedes hacer te mantiene naive toda tu vida. Y sigues avanzando así siempre. En ese caso, aquella supuesta inocencia te alimenta como artista”, dice.

En este camino de producción vertiginosa, Rodríguez considera que el futuro del cine no está en el celuloide: “En estos tiempos la tecnología ha hecho que no sepamos hacia dónde vamos. Y yo estoy a favor de eso. Una vez George Lucas me mandó una invitación a un evento que se llamaba “The Gathering” (El Encuentro). Sólo que en ese encuentro estaban todos los cineastas de acá, Oliver Stone, Scorsese, De Palma, todos. Y yo hablé sobre el cine digital. Stone era el que estaba más en contra: ‘y dónde quedó el arte de la cinematografía?’, decía. Yo replicaba que las bases, las imágenes, seguían allí. Solamente que ahora se podía acelerar el proceso de producción. En el cine digital todo es más rápido, a la velocidad del pensamiento. Como un pintor que plasma sus ideas al instante; como la inmediatez de la música, como un concierto de jazz”.

Aunque es un decidido promotor del cine digital, Rodríguez sabe que la tecnología no es lo más importante en el arte de contar historias: “La creatividad siempre va a ser lo esencial. Puedes manejar las nuevas tecnologías y no tener creatividad, ahí estás jodido. O puedes tener creatividad y no saber de tecnologías; en ese caso siempre, necesitas depender de técnicos. Pero si manejas ambas nadie te puede parar,” dice. Sin embargo, complementa su visión con una cuota de modestia realista: “Uno no puede aspirar a la perfección, porque no es humana. Y por lo tanto, los humanos no podríamos apreciar esa perfección”, agrega.

De su ya larga lista de largometrajes, Sin City y Planet Terror son quizá los más destacables. En ambos deja ver sin tapujos la influencia del cómic, la cultura popular y los llamados subgéneros. Sin City (2005) es una adaptación de las novelas gráficas de Frank Miller, basada en historias exageradas que tienen como protagonistas a vengadores, prostitutas, mercenarios, mujeres bellas y asesinos en serie. Participaron actores como Rosario Dawson, Benicio del Toro, Mickey Rourke, Bruce Willis, Elijah Wood, entre varios otros. “Un buen actor puede hacer maravillas. A veces, hay líneas de diálogos sobre las que tienes dudas. Un buen actor las puede convertir en oro”, dice Rodríguez.

Planet Terror (2007) es parte del filme doble Grindhouse, que realizó con Tarantino (este dirigió el también magistral Death Proof). Es un homenaje a las películas setenteras norteamericanas de serie B, las llamadas cintas exploitation—sexo, violencia, drogas, monstruos, gore—, y que se mostraban en los cines una después de otra. Planet Terror cuenta cómo una stripper a la que le falta una pierna, una doctora, y un tipo duro se enfrentan a zombies víctimas de un virus. Esta última película lo consagró como un autor arriesgado, aún fresco, divertido, de estampa impredecible.

—¿Cual es el siguiente proyecto?—la preguntamos para finalizar.
—La próxima semana comienzo uno nuevo—responde Rodríguez—.Es como Pulp Fiction, pero para niños.

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Una respuesta a “Robert Rodríguez: Hollywood a bajo presupuesto

  1. Jose Gomez

    Exelente director, Robert Rodriguez es inigualable, me gustan sus peliculas, es lo maximo.

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